Algo late,
se escabulle entre los dedos. Un canal lo transfiere al carboncillo y traza un teatro de sombras. Las utopías van y vienen... no me dejan tranquila! Entonces, comienzo a escribir...

Cuento segundo de Boudelaire

El tiempo resbaló por su cuerpo y pintó sobre él trecientos atardeceres.
Boudelaire pasaba entre la gente y observaba como repentinamente se dorminan a su alrededor. Es que aquellos atardeceres celebraban el sueño de cuantos los observacen.
Ay, Boudelaire! No podés pintarte de utopías? Tal vez, así sus bocas no se vuelvan pasivas y sus brazos comiencen a construir el futuro que queremos.
Sucumben las hojas en un vaiven de sensaciones
El amante toma la carta y confunde su casa con la ladera de un volcán.
Toma una madre el correo y escucha un "chuck" en la mejilla derecha.
De todos los lugares llegan, se presentan y se quedan a dormir en una cajita de madera.
Es conveniente estar previamente preparados (perfume, no debe faltar!)
Tomándose de la silla más cercana, pronto llega el dispositivo artesanal. Lo palpan, pero antes ya fue activado...
...llegan los besos por correspondencia
 

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