Algo late,
se escabulle entre los dedos. Un canal lo transfiere al carboncillo y traza un teatro de sombras. Las utopías van y vienen... no me dejan tranquila! Entonces, comienzo a escribir...

Primeros Haikus

Arrollo inquieto
a la voz de la niña
se vuelve sereno.
***
La hiedra
se prendía a su cuerpo
sin pedir disculpas.
***
El encanto
tiene suavidad de rosas
y canto de ruiseñor.
***
-----------
..................................................la...................llora
..............................cuando...............noche
....................sabe
Baudillare

.............. Pues....experimenta
...................................................junto
.............................................................a
...................................................................ella

..............................................................................................

..........................
.
...............................................temores,
.....................................................................................................

.............................espasmos,
..................................................................................

.. soledades.






Arriba la noche distante se azula,


se anuba


y la luna se regordea


tejiendo senderos de lunares

que a los ojos transeúntes se abrrillan...


Mientras tanto...
algunos noctámbulos se preguntan por qué los besos duran más de noche.

De caidas y otras verduras

C.............L
A................l..............................U
E...........la..... u........y hace... .P......M
........................v
...........................i
.............................a



...............................plin,

, A veces.............plin,.......plin,
......................plin, ......plin...

Cuento segundo de la señora con sombrero

La señora con sombrero a veces se olvida de que está despierta.
Entonces, le declara su amor al pelirrojo que toca el clarinete en la esquina. El pelirrojo le besa la mano y ella dice: "me gusta esta parte del sueño".
La señora con sombrero y un beso en la mano cree que está escribiendo el mejor cuento que se ha escrito. Es increible!, es único!, tanto que ella supone ha hecho emocionar al niño de las escaleras, que tiene entre sus manos un autito partido a la mitad. Se le acerca y le roba una una lágrima.
La señora con sombrero, un camisión, la frescura del beso del amor platónico y una lágrima ajena decide que se encuentra en Creta y que galopa por la playa hasta el amanecer (aunque se golpea con los transeuntes que están yendo a trabajar). La señora con sombrero, camisón con barro, ojos de poetiza enamorada, una lágrima seca en un dedo ha diseñado el artefacto para la felicidad eterna. Lo sostiene cuidadosamente entre sus manos, lo besa, lo envuelve en tres papeles de celofán de distintos colores y corre hasta la estatua más alta de la ciudad para compartirlo con el mundo. Una señora con sombrero, un camisón arrugado, el invento del milenio y un dulce despertar entre la lluvia de agosto resbala de la estatua y se le cae el beso de la mano.

Cuento primero de la señora con sombrero



Una señora con sombrero se dirige a la estación de trenes (habrá notado el transeúnte observador la ligereza de su paso, casi un baile surrealista, entre la masa apática de la estación). Debe partir a una ciudad muy lejana de la cual no interesa el nombre. Una señora con sombrero y un boleto de tren se sienta en la ventanilla que mira al lago y en la misma se confunden sus ojos con el cielo. El invierno ha recitado un soneto a las flores del camino y estas han subsistido (ella ríe de la estupidez que acaba de pensar). Una señora con sombrero, un asiento en el tren y una estupidez en la cabeza ahora quiere leer. Entonces, quita el libro del señor vecino dormido y lee un manual de instrucciones para una cámara de fotos. La señora con sombrero, un asiento en el tren y la escasa culpabilidad de hurto juega con sus manos y deja el manual. A continuación, observa a los pasajeros e intenta adivinar su nombre, si acierta tres viaja hasta Estambul, si son cinco hasta Ankara, si son diez hasta Uzbekistan. La señora con sombrero, un asiento que da a la ventanilla, un libro devuelto y un juego sin sentido adivina el nombre de tres mujeres y dos hombres (lo corrobora con la etiqueta del equipaje). Procede entonces a definir su camino, pero no recuerda a que ciudad correspondería ir entonces (el lector que no recuerde la ciudad correcta no puede declarar severas críticas sobre su salud mental). Una señora con sombrero, con nariz fría y viento en el cabello, con sol besando la frente y una memoria tan frágil como el capullo que acaba de pisar emprende el regreso sola.
Nota: no llevaba equipaje
 

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